10 mitos sobre el aborto que no deberías creer

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Mito 1: Todos los abortos son voluntarios o planificados.

Realidad: El término aborto es en realidad un término médico que se utiliza para describir la finalización de un embarazo, independientemente de cómo se produzca.

Lo que mucha gente piensa cuando se habla de aborto es el aborto electivo o voluntario, que se realiza a petición de la mujer por razones no médicas. Sin embargo, no todos los tipos de aborto encajan en este criterio. Estas son algunas de las excepciones:   

  • La interrupción del embarazo es una expresión que engloba a los abortos realizados porque el feto tiene una probabilidad significativamente mayor de sufrir un deterioro físico o psicológico o de padecer una enfermedad terminal o la muerte.
  • El aborto terapéutico se realiza por el bien de la mujer embarazada, es decir, para evitar daños en su salud física y/o mental. En muchos países se da más prioridad al primero que al segundo.
  • El aborto espontáneo es una muerte fetal no inducida. Se produce en el 20-30% de los embarazos en el primer trimestre. 

Mito 2: No se puede abortar después del primer trimestre.

Realidad: Es posible abortar después del primer trimestre.

Los abortos tardíos pueden producirse incluso hacia el final del segundo trimestre, es decir, durante o después de la semana 21 a 24 de gestación [1]. Según el Instituto Guttmacher, aproximadamente el 1% de los abortos se producen después de las 21 semanas, lo que todavía está dentro del segundo trimestre. Los motivos del retraso de los abortos suelen ser logísticos, como el descubrimiento tardío, la dificultad para encontrar proveedores, la dificultad para reunir fondos para el procedimiento, los viajes y otros costes asociados, etc. 

Sin embargo, los abortos tardíos se desaconsejan porque, a diferencia de los abortos del primer trimestre que pueden realizarse mediante intervenciones médicas, como las píldoras abortivas, los abortos tardíos tienen que hacerse quirúrgicamente. Y debido a la extensión del embarazo, pueden surgir complicaciones, y el tiempo de inactividad es mayor.

Mito 3: Las mujeres utilizan el aborto como forma de anticoncepción.

Realidad: Los abortos no son lo suficientemente accesibles o sostenibles como para ser utilizados como forma de anticoncepción.

Los estudios demuestran que muchas mujeres que recurren al aborto aducen más de un motivo para tomar su decisión. Así que, aunque el aplazamiento de la maternidad es una parte importante, hay varias cuestiones subyacentes que hacen necesario el aplazamiento. 

Dejando a un lado las razones, en los hechos, los abortos no son una forma fiable o sostenible de anticoncepción. Incluso en los países donde el aborto es legal, hay muchas barreras que impiden a las mujeres acceder a los proveedores y servicios de aborto. Luego, cuando las mujeres pueden abortar, el impacto físico, como en los abortos quirúrgicos, y los cuidados posteriores en general, así como los aspectos psicológicos/emocionales, hacen que los abortos no sean algo a lo que las mujeres puedan recurrir con frecuencia.

Mito 4: Las mujeres que solicitan un aborto son irresponsables.

Realidad: Los embarazos no deseados no siempre son evitables ni están bajo el control de la mujer.

Mucha gente tiene la impresión de que sólo ciertos tipos de mujeres buscan abortar, pero eso está muy lejos de la realidad. En primer lugar, los anticonceptivos no son infalibles: la píldora, por ejemplo, tiene una tasa de fracaso del 7% [2].

En segundo lugar, muchas mujeres no están en condiciones de dar su consentimiento para mantener relaciones sexuales, incluso fuera de los casos en los que intervienen extraños, las mujeres experimentan  violación por parte de la pareja, chanteje  y  control reproductivo (cuando las parejas de las mujeres exigen o imponen sus propias intenciones reproductivas mediante la intimidación, las amenazas y/o la violencia real).  

Mito 5: El aborto provoca infertilidad.

Realidad: La fertilidad no se ve afectada después de un aborto, a menos que haya complicaciones.

Según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), los abortos no suelen afectar a la capacidad de volver a quedarse embarazada ni aumentar el riesgo de complicaciones en futuros embarazos [6].

De hecho, como parte del protocolo de cuidados posteriores, los médicos recomiendan que las mujeres no mantengan relaciones sexuales sin anticonceptivos en caso de que se repita el embarazo tan pronto después de su aborto. 

Sin embargo, las no frecuentes complicaciones del aborto, como las cicatrices y los daños en el revestimiento uterino, podrían comprometer la fertilidad y la probabilidad de un aborto espontáneo. 

Mito 6: El aborto está relacionado con problemas de salud mental.

Realidad: Aunque las mujeres que abortan voluntariamente experimentan culpa y dolor por el aborto, es común que lo afronten relativamente bien.

Dada la frecuencia de los abortos, sería fácil demostrar que afectan a la salud mental de las mujeres porque, como declaró la profesora Nancy Adler en el Congreso en nombre de la APA en 1989, “si las reacciones graves fueran comunes, habría una epidemia de mujeres que buscaran tratamiento”. No hay pruebas de tal epidemia [3]”.

Algunas mujeres afirman sentir la mayor inestabilidad psicológica antes del aborto -mientras deliberan sobre su decisión o debido a otros factores externos relacionados con el embarazo no deseado-, pero después dicen sentir sobre todo alivio. 

Mito 7: La ilegalización del aborto impide que se produzcan.

Realidad: La ilegalidad sólo impide los abortos seguros. 

El estatus legal del aborto tiene menos que ver con el hecho de que se produzca y más con la forma en que se produce. Hacer que el aborto sea ilegal sólo aumenta las barreras al aborto seguro, dejando a las mujeres aún más vulnerables a los abortos inseguros. La única manera de reducir eficazmente los abortos es reduciendo la incidencia de los embarazos no deseados mediante una educación sexual integral, un acceso fácil a los anticonceptivos y una atención preventiva oportuna. 

Mito 8: Las mujeres no pueden acceder a abortos seguros en países con barreras legales o geográficas.

Realidad: La telemedicina está contribuyendo a aumentar el acceso a los abortos independientemente de su ubicación. 

La telemedicina para los abortos tempranos combina la atención médica del aborto con videoconferencias o consultas telefónicas. Se trata de una atención fiable que tiene resultados idénticos a los de los abortos con medicamentos estándar realizados por un clínico in situ. safe2choose ofrece servicios de asesoramiento en línea a través de una opción de chat en vivo, y esto ha aumentado la difusión de información en lugares donde la información sobre el aborto es limitada de otro modo.

Mito 9: Sólo ciertos tipos de mujeres abortan.

Realidad: Todos los tipos de mujeres abortan.

Una falacia común es que las adolescentes y las mujeres pobres o marginadas son las más propensas a experimentar un embarazo no planificado y, por lo tanto, a solicitar un aborto. La realidad es que mujeres de todas las edades, nacionalidades, ingresos, etnias, religiones, estados civiles y ocupaciones pueden experimentar embarazos no planificados [4]. Sí, esto incluye a las madres y a las mujeres casadas. 

Del mismo modo, no todos los embarazos no planificados son consecuencia de un abuso sexual; la procreación no es el único objetivo de las relaciones sexuales consentidas. Por lo tanto, todas las mujeres en edad reproductiva que son sexualmente activas pueden experimentar un embarazo no planificado. 

Mito 10: Las mujeres que abortan no valoran la maternidad.

Realidad: Las mujeres que abortan tienen muy en cuenta su capacidad de ser madres.

Cuando la gente habla del aborto, se centra en las motivaciones de las mujeres desde una perspectiva individualista. Pero las restricciones en el acceso al aborto no sólo perjudican a las mujeres, sino también a la infancia.

Para las madres con hijos e hijas, la denegación del aborto limita aún más su capacidad de cuidar a los niños que ya tienen y puede empeorar considerablemente el futuro socioeconómico de sus hijos. Una investigación publicada en el Journal of Paediatrics muestra que estos niños existentes tienen más posibilidades de vivir por debajo del umbral de la pobreza debido a la reducción de oportunidades. Estos niños también tienen más probabilidades de experimentar un vínculo materno deficiente [5].

Las mujeres que tienen acceso a los abortos tienen más probabilidades de tener embarazos intencionados y planificados en el futuro, y así atender y proveer mejor a su descendencia en todos los aspectos.

Fuentes:

[1] “Later-Term Abortion: What to Expect.” Healthline, 2019, www.healthline.com/health/late-term-abortion. Revisado en enero 2021. 

[2]  “Reproductive Health – Contraception.” Centers for Disease Control and Prevention (CDC), www.cdc.gov/reproductivehealth/contraception/index.htm#:~:text=Typical%20use%20failure%20rate%3A%204%25.&text=Combined%20oral%20contraceptives%E2%80%94Also%20called,the%20hormones%20estrogen%20and%20progestin. Revisado en enero  2021. 

[3] Cohen, S.A. “Still True: Abortion Does Not Increase Women’s Risk of Mental Health Problems.” Guttmacher Institute, 2013, www.guttmacher.org/sites/default/files/pdfs/pubs/gpr/16/2/gpr160213.pdf. Revisado en enero  2021.